La Traviata - Ópera

La Traviata, de G.Verdi, ópera basada en la novela La dama de las Camelias de A. Dumas hijo. París y alrededores,1880.

ACTO I:
Violetta Valéry, célebre cortesana, ofrece una fiesta en el salón de su casa en París. El conde Gastone se presenta con su amigo Alfredo Germont, un joven noble que lleva tiempo enamorado de Violetta. Mientras pasean por el salón, Gastone explica a Violetta que Alfredo le quiere, y que, cuando estaba enferma, acudía cada día a su casa para interesarse por su salud. El barón Douphol, actual amante de Violetta, se espera para acompañarla al salón, donde le piden que haga un brindis. Él se niega y entonces es Alfredo quien invita a los presentes a levantar las copas, interpretando el conocido dúo con corazón Libiamo ne’ lieti calici.

Violetta se siente mareada y pide que la dejen descansar hasta que se recupere. Alfredo entra y se muestra preocupado por su delicada salud y le declara su amor. En un primer momento, Violetta le rechaza. Sin embargo, cuando el joven está a punto de irse, ella le regala una flor para que vuelva cuando esté marchita.

Los invitados se van. Ya sola, Violetta, acostumbrada a disfrutar de la vida con libertad y sin ataduras, se pregunta si el atractivo pretendiente que acaba de conocer podría ser el amor de su vida. Fuera de escena se escucha la voz de Alfredo que canta al amor, mientras ella canta a la libertad (¡Sempre libera!).

ACTO II:
Escena 1a. Tres meses más tarde, Alfredo y Violetta conviven en una tranquila casa de campo en las afueras de París. Violetta está enamorada y ha abandonado totalmente su vida anterior. Llega Annina, la criada, que comenta a Alfredo que acaba de vender en París gran parte de las pertenencias de Violetta para poder costear la retirada vida en el campo. Alfredo, sorprendido, marcha hacia París para ocuparse personalmente del asunto. Violetta vuelve a casa y recibe una invitación de su amiga Flora para una fiesta en París esa misma noche. Un criado anuncia una visita. Es el padre de Alfredo, Giorgio Germont, que pide a la dama que rompa la relación con su hijo, ya que la mala reputación de Violetta amenaza el compromiso de su hija con un joven de buena familia. Con gran remordimiento y horrorizada, accede a la cruel petición de Germont. Violetta da a Annina una nota dirigida a Flora en la que acepta la invitación a la fiesta. Se dispone a escribir una carta a Alfredo, cuando de repente aparece y ella a duras penas puede controlar la tristeza. Le habla repetidamente de su amor incondicional y se despide de él sin explicaciones con la célebre frase ¡Amami Alfredo!. Antes de irse a París, Violetta entrega a su criado la carta que ha redactado para Alfredo. Al leerla, se siente desfallecer. Germont aparece en ese instante y trata de consolar a su hijo. Pero Alfredo sospecha que el barón está detrás de esta separación, ya que la invitación a la fiesta de Flora que encuentra encima de la mesa del despacho así se lo confirma. Enfurecido, decide acudir esa noche a la fiesta. Germont intenta detenerle sin lograrlo.

Escena 2a. En la fiesta, el marqués de Obigny explica a Flora que Violetta y Alfredo se han separado. La anfitriona pide a los artistas que entretengan a los invitados. Gastone y sus amigos se unen a los toreros y cantan. Violetta llega con el barón Douphol. Se dan cuenta de la presencia de Alfredo en la mesa de juegos. Cuando los ve, clama que se llevará a Violetta a su casa. Molesto por los comentarios de Alfredo, el barón se sienta a jugar con él. Alfredo gana un buen puñado de dinero en las apuestas.

Violetta invita a Alfredo a abandonar la fiesta, ya que teme que la ira del barón le lleve a retarlo a un duelo. Alfredo malinterpreta su preocupación y le pide que admita que está enamorada del barón. Ella lo reconoce con gran pesar. Alfredo, furioso, hace venir a los invitados para que sean testigos de lo que debe decir. Humilla y denuncia a Violetta públicamente y le tira el dinero que ha ganado a sus pies como símbolo vergonzoso de deuda que ha quedado saldada.

ACTO III:
Habitación solitaria de la casa de la Violetta en París. El doctor Grenvil anuncia a Annina que Violetta no vivirá mucho más, ya que ha empeorado a causa de la tuberculosis. Sola en el cuarto, en la miseria, Violetta lee una carta en la que Germont le hace saber que el barón sólo salió herido del duelo con Alfredo. También la consuela contándole en la misiva que ha explicado a su hijo el sacrificio que ella ha hecho por él y por su hermana, y que le envía a verla inmediatamente para pedirle perdón. Pero Violetta sabe que es demasiado tarde. Annina entra en la desolada habitación para anunciar la llegada de Alfredo. Los amantes se reencuentran y Alfredo sugiere irse de París. Pero ella sabe que el tiempo se le termina. Violetta muere en los brazos de Alfredo